El transatlántico italiano Sirio, que se dirigía a Buenos Aires, encalló por descuido del capitán el 5 de agosto. Se perdió el buque y desapareció gran parte de la tripulación y el pasaje. Agustín Antolín, un marino del Grao que mandaba el laúd Vicente Lacomba, estaba en aquellas aguas y auxilió a los náufragos.
Gracias al marinero, salvaron la vida dos oficiales, un maquinista, cinco marineros y más de cien pasajeros. Antolín ha recibido la Cruz roja del Mérito naval.