Las operaciones de avance de las tropas españolas en las provincias rifeñas han despertado la indiferencia del partido colonial francés. Se han sucedido los mítines incitando a la opinión pública a levantarse frente a la campaña africanista. Así, el movimiento sindicalista, contrario a la guerra, ha ido ganando adeptos.
El 17 de septiembre los presidentes de veinte sociedades obreras acordaban, ante las numerosas huelgas, llevar a cabo un paro general. Al día siguiente, se decretaba la suspensión de las garantías constitucionales en toda España. Se declaraba el estado de sitio en la provincia y las tropas tomaban las calles en una señal de autoridad e intento de control. Ha habido dos muertos en los tiroteos entre las fuerzas del orden y las barricadas revolucionarias.
Dos días después se reanudaba el trabajo en Valencia, mientras continuaban los disturbios fuera de la capital. Las garantías constitucionales han sido restablecidas el 21 de octubre.