Gracias a la pareja Limeño-Gallito, el arrendatario Indalecio Mosquera no sólo se ha resarcido de las pérdidas del año pasado, sino que ha cerrado la temporada con algunos beneficios. El entusiasmo que han despertado los dos muchachos, especialmente Gallito, no tiene precedentes. La frase de “los ancianos no recuerdan otra igual” encaja a la perfección. Nunca en día laborable torero alguno de nuestra época había conseguido llenar la plaza hasta los topes.
El menor de los Gallos salió arreando de un modo jamás visto y ha demostrado extraordinarias aptitudes, colocándose de un salto a la cabeza de los matadores de novillos, y dando el quién vive a los doctores.
Triunfo de los Gallos
Seis han sido las corridas de la temporada. La más sobresaliente, la extraordinaria celebrada para la presentación de Gallito III como matador de toros, apadrinado por su hermano Rafael. A pesar de los precios y de ser día laborable, la entrada fue buenísima y constituyó un nuevo triunfo para la dinastía de los Gallos. Gallito gustó, pero el quinto de la faena de su hermano Rafael fue sencillamente una maravilla. Los que la presenciaron pueden morirse tranquilos, porqué pasarán muchas generaciones para que vuelva a verse algo semejante.