En octubre se han celebrado en la plaza valenciana tres corridas que se recordarán largo tiempo. Belmonte hizo su última novillada en Valencia antes de tomar la alternativa, que ha sido en Madrid apadrinado por Machaquito. El torero Ricardo Torres, Bombita, ha dicho adiós al coso valenciano y en la tercera tarde Joselito, el segundo de los Gallos, ha matado siete toros.
Se ha iniciado pues el fenómeno Belmonte. El público no salió tan impresionado como auguraba la propaganda exagerada que precedía al novillero. División de opiniones. Hay aficionados que creen que es el mejor y otros lo despidieron a palmas ruidosas y hostiles. El trianero tiene una verónica, una media verónica y un recorte superiores y clásicos, pero los repite demasiado.
Presidente de la República
Las broncas le han acompañado. En Jaén, dos aficionados, montado uno sobre otro y armados con un paraguas “picaron” una de sus fieras. En todo caso, su figura es un auténtico negocio. En las últimas seis novilladas se ha embolsado unas 50.000 pesetas. La comisión de Propaganda y Cartel lo debería proclamar, al menos, presidente de la República.