Este año se ha demolido el castillo de Alacuás, del siglo XV y el palacio del Obispo de Sagunto, del XIII. El Centro de Cultura Valenciana y el Director general de Bellas Artes, Mariano Benlliure han intentado, sin éxito, impedir su desaparición. Benlliure ha conseguido declararlo monumento nacional e instruir expediente para anular la venta hecha a un industrial. Este lo había adquirido para derribarlo y aprovechar su maderamen. Se pensó hacerlo sede del Archivo del reino, pero finalmente se procedió a su demolición.
El castillo ha pertenecido a los Aguilar, de estirpe cordobesa y a los Aznar Pardo de la Casta, de Aragón. Pasó al barón de Bolbaite, residente en Austria. Aislado por todas partes, quedaba unido por una galería cubierta a la iglesia parroquial. De salas inmensas, rico artesonado y azulejos mudéjares. Las cuatro torres cuadradas eran miradores hacia la huerta.
El palacio del Obispo, en Sagunto, estaba en la calle Mayor. De rico estilo mudéjar, es obra de arquitectos árabes o alarifes. Allí se albergaban los monarcas de Aragón y ha sido escenario de capítulos del turbulento reinado de Pedro el del Punyalet. Sólo quedarán dos colección de fotografías de ambos edificios premiadas por el Centro de Cultura.