En octubre se interrumpieron las relaciones comerciales con Alemania, y se llegó a la guerra de tarifas, muy dañina para la exportación frutera. Al final, el 18 de noviembre se firmó la prórroga del tratado con los germanos, con la satisfacción de los agricultores.
Sólo para los cítricos, el mercado alemán supone 4 millones de cajas, 75 millones de pesetas, y otras frutas y vinos sobrepasan los 150 millones.
El Gobierno aleman denuncio el régimen convebido y elevó en agosto el arancel autónomo para las naranjas a 20 marcos. En noviembre se seguía sin acuerdo, pero las negociaciones del Gobierno español y la Unión Nacional de la Exportación Agrícola (UNEA) llegaron a buen puerto. De este modo, se consiguió reducir el arancel de 20 a 2’5 marcos, en lo que ha sido un triunfo para el campo valenciano.
Crisis reses vacunas
Por su parte, también en noviembre, los carniceros de reses vacunas manifestaron que no podían seguir vendiéndola al mismo precio. De modo que se trajo a Valencia carne congelada de Argentina, y se vendió con gran éxito. Los carniceros, por tanto, dejaron de sacrificar reses vacunas.
Por su parte, el arroz se recogió en septiembre. El tiempo favoreció la siega de la cosecha, muy abundante, que se vendió a 45 pesetas los 100 kilos.