En la ciudad, en junio se inauguraron las señales luminosas para el tránsito rodado en la calle de la Paz y en la plaza de la Reina, despertando esta novedad gran curiosidad. Precisamente en agosto se instruyeron los primeros expedientes para la expropiación de varias casas en la plaza de la Reina, y frente a los cuarteles de San Juan de la Ribera, para prolongar la Alameda.
Después el Ayuntamiento acordó que en noviembre, en el 18 aniversario de la muerte de Canalejas, colocaría una lápida conmemorativa en la fachada del palacio de Correos y Telégrafos. Era una señal de gratitud por promoverlo, y por ceder a Valencia el lago y la dehesa de la Albufera.
Mientras, las reformas urbanas han seguido a buen ritmo. En enero se plantaron naranjos en la plaza de Castelar y en la calle de Colón, novedad por la que fue felicitado el alcalde, el marqués de Sotelo. En cambio, hubo protestas de la prensa y la opinión pública al Consistorio por la tala de los árboles del camino del Grao. Otras obras que empezaron, en marzo, son las del nuevo camino del Saler al Perelló.