En octubre el Gobierno dejó Valencia, donde llegó en noviembre de 1936. El día 19 llegó el Presidente de la Generalitat de Cataluña, Luis Companys, por el traslado del Gobierno de la República a Barcelona. El 30 se firmó el decreto que lo disponía. Antes, en mayo, tras una crisis gubernamental, se formó un nuevo gabinete. Negrín se ocupó de Presidencia, Hacienda y Economía; Giral, de Estado y Prieto, de Defensa Nacional. Quedó fuera la CNT. Las líneas generales habían sido fijadas por Prieto, quien había eliminado a Largo Caballero, propuesto a Negrín, y aumentado mucho la importancia de su cartera.
Este gabinete se comprometió a mantener el orden en la retaguardia, a evitar desmanes y a tener el mayor contacto con el Parlamento. Unos días después, Negrín dijo a un periodista extranjero: “Este Gobierno es el de la victoria, no el de la mediación”. En cuanto a la guerra, el 24 de agosto se iniciaron los bombardeos en Belchite, que quedó totalmente destruída.
El 21 de octubre los nacionales entraron en Gijón y Avilés, con lo que todo el frente norte quedó en su poder. Permitió mejores aprovisionamientos por mar, el control de toda la industria pesada y los recursos mineros. A punto de terminar el segundo año de guerra la batalla más cruenta se libraba en Teruel, que estaba cercada por unos 100.000 republicanos.