En enero los naranjeros estaban muy preocupados al haberse intensificado la guerra en el mar, y la exportación de fruta resultaba muy difícil. Se había hecho un concierto con Alemania, pero esto no remediaba la situación. Los huertos continuaban con su fruta pendiente y suerte que la temperatura era benigna, aunque los vientos huracanados derribaron muchos árboles y naranjas. Mientras, la intensa y persistente ofensiva rusa, hacían del frente de Stalingrado el centro de atención y de las operaciones bélicas.
En cuanto al tiempo, durante todo el mes de marzo faltó con mucha frecuencia el pan, y escasearon las patatas casi todo el año. En cambio, unas lluvias copiosas a primeros de mes aliviaron la pertinaz sequía de todo el invierno. A causa de la guerra europea, la exportación naranjera estaba totalmente paralizada. En abril, había en los árboles 50.000 cajas, sin esperanza de poder sacarlas.