En la madrugada del 31 de octubre, a las 5’30, falleció en su nuevo palacio el arzobispo de Valencia, Prudencio Melo, a los 85 años de edad. Durante su último mes, sabiéndose gravemente enfermo, se debatió entre la vida y la muerte. El mismo día del fallecimiento de Melo se depositó el cadáver en el salón del trono, donde permaneció varios días, para que los valencianos le diesen el último adiós.
Finalmente, y tras el desfile masivo de fieles, el 3 de noviembre se verificó el entierro. A las diez de la mañana se organizó un lucido cortejo para acompañar el cadáver a la Catedral, donde recibió cristiana sepultura. El obispo auxiliar, Juan Hervás Benet, pronunció la oración fúnebre. Terminadas las exequias, se procedió a realizar el entierro propiamente dicho. El lugar elegido era el coro, entre el altar mayor y la silla prelacial.
Durante nueve días celebraron funerales todas las parroquias de la diócesis por el alma del difunto arzobispo. Mientras, el cabildo nombró Vicario Capitular al referido doctor Hervás. Melo tomó posesión del arzobispado de Valencia en 1923, y coronó la imagen de la Virgen de los Desamparados. A iniciativa suya se construyó el Palacio Arzobispal y comenzaron las obras del Seminario Metropolitano de Moncada.
El Arzobispo Melo
Ha fallecido a los 85 años. Fue obispo auxiliar de Burgos, obispo de Vitoria y de MadridAlcalá. La diócesis de Valencia la regentó entre 1923 y 1945.