Con el final de la guerra acabó para la flota española su posición privilegiada de surcar todas las rutas oceánicas sin enemigo declarado que cohibiese sus movimientos. Además, reapareció la competencia en el tráfico, ya que los barcos de los beligerantes en guerra estaban todas las naciones marítimas, salvo las excepciones de Suecia, Portugal, Argentina y España, eran utilizados para las necesidades de la campaña.
Por su parte, en los astilleros de la Unión Naval de Levante, en abril, se botó el Ciudad de Salamanca. Perteneciente a la Transmediterránea, el director de la compañía naviera, Manuel Cencillo, estuvo en el acto, que era natural de la ciudad con que fue bautizado el nuevo barco.
En cuanto a la exportación, en noviembre el puerto estuvo animado con el envío de cebolla a Inglaterra, y el embarque de naranja. El trigo escaseó y se dictaron medidas de restricción de la harina para realizar artículos de pastelería. A los particulares, con un cupo de harina más rebajado que el año anterior, se les exigió la mezcla de harina con salvado en determinada proporción.
Además, este año se ha constituído la Cooperativa Nacional del Arroz, y José Antonio Gómez Trénor, conde de Trénor, jefe del sindicato. Fue inscrita en el Registro Oficial de Cooperativas del Ministerio de Trabajo, encuadrada en la Unión Nacional de Cooperativas del Campo. Los créditos concedidos a la Cooperativa ascienden a 140 millones de pesetas. Se han destinado, entre otros, a la compra de envases, al pago del arroz cáscara al agricultor, del transporte, del almacenamiento, a la reexpedición por mar y tierra de arroz blanco y subproductos, a la elaboración de arroz y a los seguros.