El 21 de septiembre, a las cinco y media de la tarde, se produjo un rápido y voraz incendio en la plaza de toros de Valencia.No hubo desgracias personales, ya que el coso estaba vacío, pero un tercio de las localidades quedaron destruídas o afectadas por las llamas.
El fuego se inició en el último piso, donde abunda la madera, en las nayas recayentes a la zona de sol. Los techos, pisos y escaleras de aquella parte del edificio desaparecieron por completo.
Todo el parque de bomberos se congregó en la calle Játiva, intentando controlar el peligroso incremento de las llamas, que lo fue entrada la noche. Se trata del siniestro más grave que ha sufrido el coso valenciano desde su construcción, en el año 1859. Ese mes se reanudaron los festejos, pero cerrando el acceso a la zona dañada. Las obras de reconstrucción, presupuestadas en un millón de pesetas, estarán terminadas en marzo de 1947.
En lo artístico, al margen de los maestros Ortega y Arruza, con sus estilos diferentes, hicieron buenas faenas Parrita, Luis Miguel Dominguín, El Choni, Rafel Llorente y Rovira.
En cuanto a novilladas sin caballos destacó Paquito Honrubia, que gracias a sus repetidos triunfos pasó a los carteles de las llamadas novilladas formales.
Dos muertos en una explosión
De vuelta a los sucesos, en agosto, perecieron abrasados un hombre y una mujer, empleados en el taller de pirotecnia de Luis Brunchú, en Godella. Efecto de un calor excesivo, se produjo una explosión y el posterior incendio.
Antes, en junio hubo un choque de trenes cerca de la estación de Trenes y Tranvías de la Compañía Valenciana. El suceso implicó a un convoy que se dirigía al Grao y otro que regresaba, resultando nueve heridos graves y catorce leves.