Un miura de nombre Islero mató al famoso diestro Manolete en la plaza de Linares el 28 de agosto. El mejor torero del momento, tenía 30 años y había nacido en Córdoba. Precisamente tenía previsto torear en Valencia unos días después, y la empresa le dedicó un solemnísimo funeral en la Catedral.
En lo artístico, la plaza valenciana estuvo marcada por las ausencias. Antes de la mortal cogida, Manolete recibió una cornada en Madrid y ya no pudo estar en la Feria de Julio.
Con respecto a Azurra, no toreó en el coso de la calle Játiva por las contingencias del pleito entre toreros. El resultado fue una temporada demasiado floja para una plaza de primera.