Una corriente de 4.500 metros cúbicos por segundo maceró la ciudad llevándose puentes y casas. El diluvio caído sobre Valencia ha superado los 850 litros de agua por metro cuadrado, que equivalen a la lluvia que habitualmente cae durante más de tres años.
El cauce estrecho del Turia y sus afluentes y torrenteras apenas podían contener tan extraordinario aluvión. Así, al llegar al llano de Valencia el río se desbordó ampliamente fundiéndose con el mar. Además, se desbordó el barranco del Carraixet, con lo que se formó un río de ocho kilómetros de caudal impetuoso.