52 muertos en la capital y 29 en la provincia es el resultado de las dos riadas del Turia ocurridas el lunes 14 de octubre.
La noche anterior la Guardia Civil de los pueblos próximos al río avisan por teléfono que se avecina una gran riada. Nadie sospecha su magnitud, no llueve y apenas ha subido el agua.
A medianoche empieza a desbordarse el Turia. Dos mil vecinos de Nazaret cruzan el puente y se refugian en la Comandancia de Marina, donde están el alcalde y el gobernador.
Las gentes pasan la noche refugiados en parroquias, escuelas o encaramados a tejados, como el del cine Olóriz.Se inundan las centrales telefónicas del Grao y de la calle Salamanca, al igual que los transformadores subterráneos de electricidad. Se corta el agua y sólo hay útil una línea de telégrafos con Castellón.
La Policía Armada de la Modelo, los funcionarios y hasta los reclusos rescatan a 92 adultos y 32 niños vecinos de la zona.
El amanecer es cruel al mostrar los efectos de la noche. Las aguas han vuelto a su cauce pero dejando enormes balsas y barro. No hay periódicos, los talleres están inutilizados.
El coche de propaganda de la Compañía de revistas vienesas de Kaps y Joham, que actuaba en el Ruzafa, recorre el centro dando avisos. No hay pan, no circulan tranvías.Corre de boca en boca el aviso de una segunda riada. No hay electricidad, y es imposible transmitir por radio. Puntualmente, a mediodía el Turia vuelve a rebasar sus pretiles.
La corriente revienta el dique de contención de Campanar y barre la orilla izquierda. También avanza por Guillén de Castro, se mete por Na Jordana al Carmen y por Carda hacia María Cristina para inundar el Mercado y la Lonja y llegar a la plaza del Caudillo, que recibe otra tremenda corriente por Barcas y Lauria.
Datos meteorológicos de la riada de Valencia de 1957