El sacerdote Fernando Ferrando García ha fallecido en julio de este año. La mayor parte de su vida la dedicó a la enseñanza de sordomudos y ciegos, como muchos profesionales lo han hecho durante setenta años en el Instituto Valenciano de Sordomudos. En 1886, Brígida Alonso fundó una escuela para ciegas en la calle de la Corregería.
Años más tarde la fundación se unió con la escuela de sordomudos del Círculo Católico Obrero de San Vicente Ferrer. Enrique Trénor y Montesinos, Conde de Vallesa de Mandor y de Montornés prestó su ayuda económica a la institución para tener un edificio adecuado y los materiales necesarios para la enseñanza.
Prestigio internacional
Con la muerte de su gran protector, la Diputación Provincial tomó el relevo ante el peligro de desaparación del Instituto en el año 1944. En 1947, el Instituto y sus 300 niños se instalaban en el edificio destinado originalmente al Pabellón de Cancerología. En los últimos diez años, el Instituto Valenciano de Sordomudos ha trabajado de manera excelente obteniendo un reconocido prestigio internacional.