La reforma de las haciendas locales ha provocado el cese de diversos impuestos municipales. El Ayuntamiento ha dejado de percibir alrededor de 120 millones de pesetas. Así, ha desaparecido el impuesto de consumos, que tenía 400 empleados, con sus típicas casetas y recaudaba unos 60 millones de pesetas anuales.