Valencia quedó sin luz al registrarse una explosión, seguida de un aparatoso incendio, en la estación transformadora de electricidad de Torrente. Si bien no hubo desgracias personales, el suceso privó de suministro durante hora y media a la capital y otros pueblos cercanos.
Por otra parte, agosto se mostró pródigo en incendios. En el primero ardió un almacén de alpargatas en la calle de Ramilletes, junto al Mercado Central. El fuego destruyó por completo una planta baja y cuatro pisos. En pleno día y en una barriada de calles tan estrechas, revistió peligro.
En el segundo incendio, las llamas arrasaron la droguería La Campana, situada entre la avenida Barón de Cárcer y la calle del Pilar. En el último siniestro de agosto, cinco personas fueron evacuadas por los bomberos en Frigoríficos Valencia, junto al Mercado de Abastos, que también ardió.