Todos los informes recogidos sobre el accidente aéreo, que provocó la muerte a 104 pasajeros el 7 de enero, indican que se produjo a causa de la niebla.
El avión se estrelló a las doce y diez de la mañana contra las llamadas Rocas Altas, de más de 300 metros de altura sobre el nivel del mar, y que se encuentran a ocho kilómetros del aeropuerto de Ibiza. De las 104 víctimas, 80 embarcaron en el aeropuerto de Valencia. 27 de ellas eran residentes en Algemesí y cuatro en Alicante.
Día de luto
Al día siguiente, tras grandes dificultades en las tareas de rescate de las víctimas, se celebró la sepultura. Algemesí celebró una ceremonia multitudinaria de manifestación de duelo, y en las islas de Ibiza y Formentera, en la que residía la novelista Trinidad de Figueroa se declaró día de luto.
El Papa Pablo VI envió mensajes de condolencia por el siniestro aéreo de Ibiza y el accidente ferroviario de Medina del Campo ocurrido también el 7 de enero.
La tripulación del avión Caravelle de Iberia con matrícula ECATV, estaba formada por el comandante José Luis Ballester, el segundo piloto Jesús Montesinos, el mecánico Vicente Rodríguez, el auxiliar Manuel Fernández y las azafatas Pilar Merino y Pilar Miravet.