Las tremendas lluvias que desde la madrugada del día 20 de octubre cayeron sobre la Riada y las cabeceras de sus ríos devastaron totalmente aquella comarca. La rotura de la presa de Tous contribuyó todavía más a la catástrofe, en la que una treintena de personas murieron o desaparecieron, y más de 300.000 quedaron sin casa. Se calcula que los daños ascienden a 250.000 millones de pesetas, ya que sólo en el campo todas las cosechas se han perdido.
A las ocho de la mañana, los habitantes de Gabarda decidieron subir a la montaña ante la crecida del Júcar. Antella, Játiva y Cárcer se inundaron poco después. Un autobús que transportaba a seis trabajadores de la central nuclear de Cofrentes cayó al Júcar y seis personas desaparecieron en sus aguas.
De Tous llegan noticias de que la presa se desborda y aumenta el número de pueblos inundados: Navarrés, Alberique, Benegida, Benimuslem, y los aledaños de Cofrentes. Por la tarde, la presa se desmoronó, el río creció y anegó pueblos ribereños como Algemesí, Sollana, Alzira, Poliñá, Riola y Carcagente.
Es tanta el agua que llevaba el río que se voló el puente del ferrocarril que en Cullera salva el río, para que no detuviera las aguas.