El 12 de agosto las Cortes valencianas se reunieron para elegir al presidente del Consell, que resultó el socialista Juan Lerma Blasco. Lerma, secretario general del PSPV-PSOE, fue elegido con 44 votos, en la que votaron unidos socialistas, comunistas y socialdemócratas. Los miembros de UCD no votaron ya que consideraban que dicha sesión era ilegal al haber sido decidida de manera unilateral por los diputados de izquierdas.
Mientras, el que era presidente del Consell, el centrista Enrique Monsonís, abandonó el salón cuando Lerma iniciaba su discurso de investidura y ya no asistió a la sesión que se realizó por la tarde. Dos días antes Monsonís, había sido ratificado en su cargo en un pleno con mayoría de su partido, UCD. PSOE y PC impugnaron la votación, y se pensó en un cisma con dos posibles presidentes.
Por otra parte, los diputados nacionalistas destituidos por el PSOE en la Diputación, Soria y Crespo, acompañados del primer presidente del Consell, José Luis Albiñana, denunciaron, en febrero, la existencia de empresas paralelas como fuente de financiación del PSOE.
Entre otras fuertes críticas, acusaron a Lerma y a Castells de traidores. Poco después, Lerma anunció que se abría expediente a Soria y Crespo, al mismo tiempo afirmó: “es lamentable que la gente tenga una manera tan vergonzosa de perder un escaño”.
Cipriano Ciscar, conseller de Cultura, y Leonardo Mangareto, alcalde de Moncada ocuparon las vacantes de dichos diputados socialistas. Relacionado con la financiación de los socialistas valencianos, LAS PROVINCIAS publicó, el 27 de julio, un nuevo informe sobre las empresas paralelas del PSOE. Uno de los gerentes de dichas empresas, Cubedo, dejó su cargo tras enfrentarse al alcalde de Valencia.