En noviembre, con discrepancias entre Unión Valenciana y el grupo popular, las Cortes aprobaron la obligatoriedad del valenciano en las escuelas. Desde septiembre lo estudian medio millón de alumnos.
En enero los profesores de valenciano, propuestos por la anterior Conselleria, decidieron actuar judicialmente ante la autoridad autonómica y laboral, para resolver el contencioso por el no reconocimiento del contrato.
También fue polémica la convalidación. Se cubrieron las plazas de profesorado, y quedaron fuera los titulados por Lo Rat Penat, porque la Conselleria pensaba normalizar la lengua como catalán.