Unos meses después de las inundaciones de octubre de 1982, lo daños se han cifrado en 12.836 millones de pesetas. El 62’25 por ciento corresponde al sector industrial.
Respecto a los implicados, en enero el juez dictó procesamiento de Jesús González Marín, ingeniero técnico y jefe de unidad a pie de obra de Tous, y de Salvador Madrigal Sánchez, ingeniero de caminos, que firmó la remodelación del proyecto inicial del pantano, obra del ingeniero valenciano Corbín. Para ambos la indemnización por daños causados es de 200.000 millones de pesetas. Para Madrigal se solicitó prisión provisional sin fianza, pero dejó la cárcel en febrero al pagar diez millones.
A 20 de marzo el Estado había invertido 31.000 millones de pesetas en la provincia de Valencia, y otros 18.000 estaban comprometidos. Entre los particulares, llegaron 900 millones de pesetas de los 10 millones de dólares donados por el rey de Arabia Saudí para los damnificados.
Peor y más cara
Un informe de la delegación de aguas del Ayuntamiento de Valencia demostró que desde la rotura de la presa de Tous, los valencianos bebían agua peor y más cara. El motivo era que la extrema suciedad del Turia, obligó a utilizar más reactivos químicos para potabilizarla.
Además, el Ayuntamiento reclamó al Gobierno 80 millones de pesetas anuales como indemnización por los prejuicios de la rotura. Esta impide que las aguas alcancen el nivel del canal Júcar-Turia, que abastecía el 90 por ciento de las necesidades de agua potable. En febrero, el suministro de agua a la capital fue restablecido por primera vez tras la pantanada, gracias a un grupo de bombeo instalado por la Confederación Hidrográfica.
Los vecinos han elegido construir el nuevo pueblo de Gavarda en el paraje La Batería, cerca del barrio Gavardeta. En el monte, junto al puente antiguo, el agua del Júcar no llegará. Tras la riada, este año la sequía ha dejado los pantanos del Júcar vacíos, en agosto estaban al nueve por ciento de su capacidad, y en octubre al cinco.