Tras dos años de negociaciones en torno a la instalación de un parque de atracciones de la Disney en la Comunidad Valenciana, la tarde del 18 de diciembre se desvaneció toda esperanza. El presidente de la Walt Disney Productions (WDP), Michael d’Eisner, firmaba con el primer ministro francés, Laurent Fabius, un protocolo por el que se comprometía a instalar el parque en Marnela-Vallée, a 30 kilómetros de París. El acuerdo se tomó en la sede del ejecutivo francés, Matignon.
La inversión estimada es de 2.000 millones de dólares, a un tipo de cambio de 165/170 pesetas el dólar. En la primera fase serán 1.000 millones de dólares, con los que se levantarán instalaciones de ocio y recreo sobre una superficie de 2’5-3 millones de metros cuadrados (ampliados a 3’5-4 millones más en la segunda fase).
Respecto a las expectativas, visitarán el parque en temporada baja de 15.000 a 18.000 personas diariamente, que serán 45.000 en temporada alta. En el número de trabajadores, en temporada alta se habla de 12.000, el doble que en la baja. Además, la generación de empleo inducido será, al menos, de 3 a 4 puestos por cada uno directo.
En el último momento
La inversión más importante en términos económicos que durante los últimos 50 años ha planeado sobre España, se perdió en el último instante. Francia y España habían quedado finalistas, una vez que la Disney descartó Inglaterra e Italia, consideradas hasta final de 1984. La instalación del parque hubiera convertido definitivamente a España, y sobre todo a la Comunidad Valenciana, en el centro turístico de Europa Occidental.
Además Disney hubiese supuesto por sí sola un revulsivo en la economía nacional, tanto por la inversión directa, como por el tirón de sectores suministradores del parque en su construcción y mantenimiento, y la permanente inyección de capital y generación de riqueza que significa el parque funcionando.
Pego-Denia
Entre las opciones, la elegida era Pego-Denia, pero también se habló de Cabanes, Torreblanca y Elche. En julio, empresarios valencianos fueron a Estados Unidos para negociar con la Disney y el Bank of America. En agosto, Cinco Días decía que la instalación de Disney en España era “cosa hecha”. En septiembre ejecutivos de la WDP aún negociaban en Valencia con la Generalitat. Técnicos del parque viajaban a Pego-Denia en noviembre, y a tan sólo mes y medio del acuerdo sobre París, la Disney afirmaba en Valencia que la alternativa a Pego no era la ciudad del Sena, sino la Costa Azul.