El año agrícola ha estado marcado por la gran helada de enero, que en apenas dos semanas supuso unas pérdidas de cerca de 100.000 millones de pesetas. Arrasó la mayor parte de los cultivos de regadío de todo el litoral mediterráneo. La comarca más afectada fue la Plana castellonense.
La helada afectó esencialmente a los cítricos. Los primeros días se produjeron las llamadas “por inversión térmica”, más locales, que afectaron más a los hondos, a zonas frías, con descensos de temperaturas menos fuertes. Pero después se produjo una larga invasión de aire polar, que llegó a menos 10 grados bajo cero en algunas zonas citrícolas. En el interior, llegaron a alcanzarse los 13 grados bajo cero, en Camporrobles. Hubo días que no desapareció el hielo. Se helaron balsas y estanques, y se reventaron cañerías.
Los daños son de 80.000 millones de pesetas en producción, jornales, transportes y materias primas, pero habrá que añadir la pérdida de la cosecha del año siguiente, para arrancar y replantar los campos más afectados. De modo que las pérdidas pueden rondar los 100.000 millones de pesetas en total. Además, se dejaron de exportar 700.000 toneladas de cítricos por el deterioro del frío, y la poca que se salvó se vendió a 1.000 pesetas por arroba, como la nável.