La reina Sofía inauguró el 18 de febrero el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Se hacía realidad un museo dedicado a la pintura y la escultura contemporáneas. Una ciudad de artistas carecía de un museo de arte moderno que ofrecer al visitante.
El IVAM, con Carmen Alborch como directora-gerente, se ianuguró con varias exposiciones de marcado cáracter valenciano, Equipo Crónica, Renau y especialmente la sala permanente dedicada a Ignacio Pinazo, verdadero maestro de pintores.
La antológica de Joaquín Sorolla, inaugurada el 2 de diciembre, fue masivamente visitada. Llegó en un momento oportuno: los magníficos 97 lienzos del pintor valenciano proporcionaban una ocasión inmejorable para que los valencianos conociesen el IVAM y gozasen con las virtudes plásticas de Sorolla. La acogida nacional de la retrospectiva fue extraordinaria. Todos los suplementos de los diarios de más tirada dedicaron páginas a todo color a Sorolla, el último de los clásicos, considerado por todos uno de los grandes de su tiempo.
El primer día en que se abrió la exposición al público, fue visitada por 8.000 personas, cifra máxima teniendo en cuenta que los vigilantes del IVAM no dejaron entrar en las salas a más de 270 personas de una vez. Las colas para admirar la obra del valenciano universal fueron kilométricas durante todo el mes.