La guerra del agua causada a raíz del trasvase Tajo-Segura crispó los ánimos de los agricultores de la Vega Baja, que han perdido 3.200 millons de pesetas. Los daños agrícolas por la sequía en la Comunidad Valenciana son de 36.000 millones de pesetas.
Además, la falta de agua enfrió las relaciones entre la Junta de Castilla-La Mancha, que preside José Bono, y la Generalitat Valenciana.
El 22 de julio se aprobó el trasvase Tajo-Segura, pero la cantidad de agua es de cincuenta y cinco hectómetros cúbicos esperados, cuando se había negociado ochenta.
La Comunidad Valenciana lleva cinco años con lluvias de 200 litros por medio cuadrado al año, cuando lo normal son 500 litros. Además, un tercio de esa lluvia ha resultado “no efectiva” al caer en tromba, en las tormentas otoñales que se pierden tras ocasionar algunos desastres.
En agosto el agua de una semana ha de durar seis. Sólo quedaban 24 hectómetros de agua para riego en los embalses de Júcar y Turia.